sábado, 17 de octubre de 2009

la america española. el apasionamiento escenográfico, 1730-1810


se impulso notablemente la red de caminos y puentes que concetan las distintas provincias; a su vez, se agiliza el comercio menor de "tratantes" que intercambian.

las haciendas permiten la provisión agrícola y ganadero de varias zonas del país, aunque acentúan la distancia entre los pequeños grupos sociales que concentran todo el excendente y las grandes masas desposeidas.


el breve panorama económico esbozado se refleja en forma muy nitida en la distribución de las jerarquias urbanas en los acentos arquitectónicos que se producen en el virreinato de la Nueva Granada.

Cartagena se beneficia de la reactivación del comercio y se constituye una impresionante arquitectura defensiva; Santa Fe se consolida como centro administrativo por la creación del virreinato.

la actividad minera se reflejará en Santa Fe de Antioquia. Los lugares intermedios en las principales rutas comerciales- como Mompós, Honday Monguí- poseeran una interesante dinámica urbana y arquitectónica.

En América comienzan formas de vida inéditas y distantes, que preparan el ámbito social en el que se producirán las definitivas rupturas de la independencia.

La arquitectura americana y española se manifiesta una actitud efectista y dramática hacia la vida. En Amrérica, este apasionamiento se volvara en un movimiento de extroversión con dos manifestaciones confluyentes: en primer lugar, e reconocimiento del espacio público como en lugar en sí y en segundo lugar, la paulatina desinteriorización de la arquitectura, tanto doméstica como civil y religiosa, que refleja su voluntad estilística más elaborada en la fachada escenografíca, o fachada o telón.

España y Américadejan durante el siglo XVIII espléndidos ejemplos de estas fachada-telón, de estas escenografías de plazas y paseos.

El movimiento de extroversión se circunscriben a edificios aislados y ambiguos o a elementos parciales y puntuales aparentemente banales.

EL ESPACIO URBANO COMO ESCENARIO

Esta vocación dramátrica del espacio público se acentuán como los ejemplos de arquitectura efímera. Las construcciones transitorias que se levantaron en distintas ciudades a raíz de fiestas y celebraciones varias. Las fiestas de toros requerían una complicada tramoya que permitiera la concurrencia de toda la población al espectáculo público.

Toda esta arquitectura efímera, rimbombante en su banalidad, contituye sin embargo el marco físico que engalanó y cargó de sentido dramático las tranquilas calles coloniales. por la fuerza inercial de una arquitectura y un espacio público enraizado por dos siglos de lenta e inconciente consolidación.

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